In the 1930s, some
young German teens favored American and British pop culture; they hung out in
secret underground clubs where bands played swing music and listened to
contemporary music by acts like Benny Goodman and Duke Ellington.
Los jóvenes del swing o «chicos swing» (en alemán, Swingjugend), eran muchachos alemanes,
en la década de 1930, que imitaban la última moda británica y estadounidense.
Llevaban abrigos demasiado grandes, sombreros tipo hongo, paraguas negros y el
pelo largo. Exaltados por la exuberancia del baile, tenían conocimientos
enciclopédicos acerca del jazz.
La película “Swing
Kids” (1993), no recomendada para menores de 13 años, refleja este ambiente de la Alemania de 1939. Cuando Adolf
Hitler estaba a punto de conducir su país a la guerra, imponiendo una dura
disciplina que negaba la libertad individual, grupos de jóvenes alemanes, bajo
la influencia de la pasión política y el mensaje de libertad de la música swing
estadounidense, se rebelaron contra ese orden.
Lo que empezó como una inocente rebelión juvenil se
convirtió en una peligrosa rebelión política contra la amenazante marea nazi,
por lo que fueron perseguidos y masacrados en los campos de concentración. Más
de 300 de ellos fueron internados en campos de concentración.
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